En representación del Estado y de nosotros los guatemaltecos

Arturo Rodríguez Hevia, Integrante de Ajkem-Tejedores

En pasaportes, DPI y papelería del gobierno, será necesario agregarle después de Guatemala, “país genocida”. La sentencia de genocidio no es al general Efraín Ríos Montt, pues, supuestamente sucedió mientras era Jefe de Estado y Comandante del Ejército, por consiguiente, aunque llegara por un golpe, en representación del Estado de Guatemala y de nosotros los guatemaltecos.

Durante el conflicto armado interno (guerra) se dieron atrocidades terribles, dolor y muertes; por y desde ambos bandos. Estos 36 años que no podemos borrar de la historia, pero tampoco debemos cambiarla, no es posible pasar por alto y analizar esos momentos sin tomar en cuenta la situación política y geopolítica, el comunismo y anticomunismo, lo que necesitaban, querían y hacían las potencias mundiales, así era el planeta. La “importación” de esa lucha de ideologías aunado a la pobreza, desnutrición, inexistencia de servicios básicos, ausencia de Estado y mucho más que se vivía en Guatemala, fue la puerta abierta por donde entró un conflicto de clases, ideológico, por el poder y muchas otras razones, pero no y de ninguna manera, por razones étnicas.

 

No me aparto que todos los afectados quieran y tienen todo el derecho de aclarar lo que pasó, buscar justicia, de cerrar su duelo, pero hagámoslo de una forma donde abrir esa herida, aún sin sanar y que causa tantísimo dolor, sea para poder curar esa fuerte gangrena. Eso no se va a lograr intentando convertir una lucha ideológica y de clases en genocidio, aunque internacionalmente sea bien visto y aplaudido. 

 

Es muy importante, que mediante todas las instancias y fallos jurídicos se llegue por medio del debido proceso, con bases científicas de prueba, sin sesgos ideológicos, total imparcialidad y sustento jurídico a la sentencia en firme, eso se ve cuesta arriba dadas las manipulaciones, presiones e intereses. Muchos de los problemas que dieron razón o excusa para el inicio del conflicto aún hoy, están latentes y eso es vergonzoso e imperdonable, pero ahora, ya etiquetados como genocidas, a esos problemas de nación lamentable y peligrosamente se le agrega este tema, que sí puede dar inicio a conflictos étnicos. 

 

Estamos entrando a gran velocidad a un túnel sin salida. Ya no hay tiempo que perder, o tenemos un cambio radical y nos sentamos de verdad, como guatemaltecos de corazón, con el afán de buscar ponernos de acuerdo para encontrar soluciones mínimas pero sustanciales para resolver los problemas de nación, o la conflictividad nos va a estrellar; aprovechemos ese momento trascendental de darnos el perdón entre todos, para iniciar una franca solución.

http://www.elperiodico.com.gt/es/20130516/opinion/228332/

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