¿Qué queremos para nuestros hijos?

Edgar A. Heinemann*

Creo que sin temor a equivocarme, todos quisiéramos que nuestros hijos y nietos tengan más oportunidades, que las que nosotros tuvimos.

Recuerdo cuando hablaba con unos refugiados judíos después de la Segunda Guerra Mundial que decían: “perdimos todo con tal de sobrevivir y huir hacia la libertad y lo único que no nos pudieron quitar fue lo que habíamos aprendido. Lo que llevábamos dentro de la cabeza”. En el caso de exiliados cubanos, fue igual. En ambas situaciones las personas perdieron casi todo lo material, pero con el tiempo salieron adelante.

 

Cuando vemos los resultados de la educación en Guatemala y a la vez vemos con mucha preocupación, el que cada uno tiene razones para no ponerse de acuerdo en metas claras y medibles de una política general, que trascienda gobiernos, debemos decir: ¡Basta!!!

 

Los que tienen la capacidad para ser excelentes: profesores universitarios, médicos, ingenieros, abogados, maestros y toda clase de profesionales, es importante que tengan todas las facilidades para estudiar en las universidades. Todos deberían, como mínimo, tener la oportunidad de un oficio que les permita ser electricistas, carpinteros, técnicos en computación, plomeros; fomentando a que se capaciten de la mejor manera en todas aquellas escuelas que ya existen y que se fundarán, por la propia necesidad que se tenga de formar una base importante de técnicos.

 

Para que se pueda cumplir con lo anterior, requerimos que todos tengan la oportunidad de haberse graduado de la primaria y, por lo menos, de los primeros tres años de educación secundaria, lo cual implica elevar de cuatro a un mínimo de nueve años, la retención escolar.

 

Hoy, estamos a menos de un mes de que se lleve a cabo el ENADE 2013, en donde esperamos se puedan reunir todos los secretarios generales de los partidos políticos que tienen representación en el Congreso de la República, así como varios líderes de la sociedad civil y miembros de la cooperación internacional, quienes actuarán como testigos de honor, de la firma de acuerdos mínimos para fortalecer la educación y acciones para reducir la desnutrición crónica. Propongámonos cada uno de nosotros luchar para dialogar y llegar a acuerdos que permitan a corto plazo, llegar a metas claras y medibles que trasciendan gobiernos.

 

En FUNDESA solo estamos actuando como anfitriones, los actores principales son los secretarios generales, quienes han aceptado el reto de comenzar a dialogar juntos por fortalecer esa capacidad de llegar a acuerdos mínimos en temas de desarrollo humano, por lo cual, desde ya están todos invitados a acompañar este proceso. 

 

*Ajkem / Tejedores

 

http://www.elperiodico.com.gt/es/20130912/opinion/234354/

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